Música para habitar

BRECHA 16 Mayo 2013

Guilherme de Alencar Pinto


Daniel Yafalián

    Nacido en 1974, Daniel Yafalián trabaja sobre todo con cine. Empezando con El Chevrolet (1998), hizo el diseño de sonido de la mayoría de las realizaciones de Pablo Stoll, Aldo Garay, José Pedro Charlo, Mariana Viñoles, además de trabajar esporádicamente con otros realizadores uruguayos relevantes. También compuso música para varias películas y realizaciones televisivas. Fuera del audiovisual, su principal actuación como músico es en el ámbito de la composición electroacústica, y sus obras vienen siendo estrenadas siempre en las Jornadas de Música Electroacústica del Núcleo Música Nueva.


    Este* es su primer fonograma, y las piezas, aunque no son cantadas, tienen la duración de una canción (entre tres y seis minutos), lo que parece indicar un acercamiento a la “música popular”. En ese mismo sentido “popular” va la preferencia por motivos simples basados en colecciones diatónicas, y el tipo de instrumentos usados (guitarras, bajo eléctrico, bandola, flautas andinas, sintetizador, sampler y otras cosas, todos tocados por el propio Yafalián). Pero no parece haber preocupación por encasillar la música en algún lado, “popular” o “no-popular”. Es una música realizada con una disposición creativa sumamente libre y personal.
    Yafalián prefiere las formas estáticas: por lo general, aunque “ocurren cosas”, nunca hay articulaciones decisivas que generen secciones radicalmente diferenciadas, ni tampoco una evolución procesal neta. La apariencia gruesa de cada pieza se mantiene de inicio a fin. En este sentido, además de la similitud con sus bandas musicales cinematográficas, estas piezas se vinculan también con un aspecto de su trabajo como diseñador de sonido para cine: es como si fueran ambientes, instalaciones sonoras (pero no “escenas”, en el sentido narrativo).
    En buena parte de las piezas hay algún elemento básico que se repite, literalmente o casi, de inicio a fin, como si fuera un riff obsesivo o una base. Luego hay otros elementos reiterativos, pero no suelen estar en fase con la figura básica, sino que se corren, o no se repiten con regularidad. Hay como un respeto por lo orgánico (por lo tanto, por lo humano) en esa irregularidad entre caprichosa y azarosa. Es como una no-prolijidad rústica, pero aplicada casi siempre a sonidos “limpios”, industriales, generando una impresión limítrofe, como si un edificio de vidrio y acero tuviera las irregularidades de una choza de quincha. Lo de la repetitividad, a esta altura del campeonato, en plena era de la música “electrónica”, no es ninguna transgresión. Pero eso otro sí, y uno de los sanos ejercicios que permite y favorece esta música es despojarse de esa necesidad neurótica de regularidades, coincidencias perfectas, “prolijidad”.
    Otro sano ejercicio es la posibilidad de divorciar la música de una definición afectiva o funcional. En este sentido estas piezas son aun más transgresoras que las piezas electroacústicas de Yafalián, porque aquí se insinúan gestos musicales que por lo general se asocian a determinado tipo de afecto o función, pero nada es “debidamente” festivo, o angustioso, o nostálgico, o bailable, o relajante, o telúrico (aun si algunos de los surcos tienen trasfondos de mugidos de vacas, grillos, ranas y pájaros). Sólo “helmUUUt” es expresamente feísta, pero nada aquí es convencionalmente bello. Todas esas propiedades reconocibles se insinúan esporádicamente, y no es que luego sean negadas, sino que se mantienen en lugares que no se llegan a cumplir, o que entran en extraña contradicción con otros elementos. Algunos descubrirán quizá desde el inicio el placer de frecuentar lugares musicales que sólo tienen muy tenues y eventuales similitudes con cosas muy conocidas (“Valdez” o “Vacas al final” tienen un dejo de euro-rock). Supongo que, para una mayoría, el primer contacto suscitará extrañeza y una cierta incomodidad. A éstos les recomiendo insistir para una escucha activa y creativa, una que busca configuraciones y no se reduce a recibirlas premasticadas, y que puede contribuir a disolver bloqueos perceptivos prejuiciosos y abrir interesantes puertas para la percepción.
    Este fonograma no tiene edición física, y está disponible para descarga gratuita y libre en http://yafalian.bandcamp.com/. 

* Naturaleza muerta, independiente (edición virtual), 2012.